La Ozonoterapia no está sólo reservada a las personas con diferentes patologías sino que puede ser de gran interés en personas sanas que desean mejorar su calidad de vida o recuperarse de forma más rápida de alguna lesión o enfermedad ya curada, neutralizar los efectos tóxicos del tabaco u otros contaminantes ambientales o simplemente sentirse y verse mejor. El tratamiento con ozono médico está también indicado cuando queremos mejorar la respuesta de nuestro organismo a los procesos naturales de envejecimiento.

El efecto anti-age se asemejaría a poner el cuerpo en un paréntesis temporal de “entre 10 y 15 años”, dado que el ozono es un potente eliminador de los radicales libres que degradan las células; es decir, el ozono retarda el deterioro que se va produciendo en el organismo por el paso del tiempo.

Pero las virtudes de este gas no terminarían ahí. Además de aplicarse para prevenir el envejecimiento prematuro, hoy la ozonoterapia es una alternativa muy empleada en procesos de revitalización celular.

La acción de la Ozonoterapia se basa en su capacidad para estimular los sistemas antioxidantes de nuestro cuerpo y mejorar el aporte de oxígeno a nivel de todas las células de nuestro organismo. Los beneficios se obtendrán tanto a corto como a medio plazo ya que aumenta las defensas del organismo, mejora la calidad del sueño, la sensación de bienestar y disminuye la sensación de fatiga. Esta es una de las razones por la que los tratamientos de ozonoterapia están siendo utilizados hoy más que nunca para devolver al cuerpo, todo el esplendor del que disfrutaba hace años.

Según lo que se pretenda mejorar, existen múltiples formas de aplicación, de las que destacamos las dos más importantes:

Suero ozonizado (por vía sistémica): el método anti-age más efectivo, ya que elimina radicales libres al aumentar todas las enzimas antioxidantes; oxigena los tejidos; y revitaliza todos los órganos y recupera sus funciones.

Autohemovacuna ozonizada: Es una vacuna antiage que, al mismo tiempo, aumenta las defensas del organismo. Se produce extrayendo 5 centímetros cúbicos de sangre del paciente, se ozoniza y se aplica con una inyección intramuscular.